Esta mañana he acabado el bote de gel.
Presionado por mis dedos, se ha visto obligado a arrojar los últimos restos de su contenido entre resuellos ahogados y barritos gorgoteantes como de elefante herido.
Durante un rato he asistido fascinado a sus últimos estertores agónicos y sus jadeos disonantes, indiferente al sufrimiento que yo mismo estaba causando, mientras el jabón le abandonaba para siempre y se extendía por la esponja llenando mis narices con su olor.
Y mientras me quitaba la pereza de la noche y me despertaba a un nuevo día, mi bote de gel quedaba vacío y abandonado al borde de la bañera.
Sugarglider 5/12/2010
Sugarglider 5/12/2010
4 comentarios:
Me ha parecido genial... esa comparación del bote estrujandolo...
Besos abisales
Pues muchas gracias...
Pobre bote... debo reconocer que, de pronto, me surgió un brote de sadismo (si te digo que llegué a acordarme de la escena en la ducha de Psicosis...).
Sugarglider, me sorprendió esta entrada, es un puntazo. Mira, hasta apurar un bote de gel tiene algo :)
Te voy a decir lo que hago yo: cuando se está acabando pongo el bote boca abajo, que está la vida muy cara y la crisis ya se ha llevado un bocado (y los que se llevará) de mi sueldo :(
Sí, yo también lo pongo boca abajo, pero con este frío el jabón se espesa mucho, y hay que apretarlo bien para que salga todo, jeje.
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