domingo, 5 de diciembre de 2010

Finales.


Esta mañana he acabado el bote de gel.
Presionado por mis dedos, se ha visto obligado a arrojar los últimos restos de su contenido entre resuellos ahogados y barritos gorgoteantes como de elefante herido.
Durante un rato he asistido fascinado a sus últimos estertores agónicos y sus  jadeos disonantes, indiferente al sufrimiento que yo mismo estaba causando, mientras el jabón le abandonaba para siempre y se extendía por la esponja llenando mis narices con su olor.

Y mientras me quitaba la pereza de la noche y me despertaba a un nuevo día, mi bote de gel quedaba vacío y abandonado al borde de la bañera.

Sugarglider 5/12/2010

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha parecido genial... esa comparación del bote estrujandolo...
Besos abisales

Sugarglider dijo...

Pues muchas gracias...

Pobre bote... debo reconocer que, de pronto, me surgió un brote de sadismo (si te digo que llegué a acordarme de la escena en la ducha de Psicosis...).

Mar dijo...

Sugarglider, me sorprendió esta entrada, es un puntazo. Mira, hasta apurar un bote de gel tiene algo :)

Te voy a decir lo que hago yo: cuando se está acabando pongo el bote boca abajo, que está la vida muy cara y la crisis ya se ha llevado un bocado (y los que se llevará) de mi sueldo :(

Sugarglider dijo...

Sí, yo también lo pongo boca abajo, pero con este frío el jabón se espesa mucho, y hay que apretarlo bien para que salga todo, jeje.