No sé cuando ocurrió esto, pero, en algún momento de mi vida cogí el Atlas de mi padre (el atlas de mi padre es una edición de esas del Reader´s Digest, de los años sesenta, donde todavía aparecen las dos alemanias, la URRS e incluso Rhodesia) ...bueno, que cogí el Atlas de mi padre y busqué la ciudad de Belén...
Belén está en el Oriente... Oriente Medio, pero Oriente al fin y al cabo... (y Borges tiene un poema precioso que se llama El Oriente).
Y claro...
Si los Reyes Magos venían de Oriente, y Belén está en el Oriente... ¿Entonces de donde venían los Reyes Magos...?
Tuvo que ser de mucho más al Oriente, de un lugar mucho más lejano...
Y si con el dedo continuaba mi viaje imaginario, más allá del Oriente y siempre hacia el Oriente, si continuaba mi viaje imaginario por aquel planisferio de colores donde aún aparecían Rhodesia y las dos Alemanias..., si continuaba, resulta que al primer lugar que llegaba era a la India... y luego a China...
No sabía, y no sé, por qué son tres los Reyes Magos, y por qué uno es negro y los otros dos tienen barbas y rasgos occidentales...
Pero más allá del Oriente, o sea, en el Oriente, no hay negros...
Si los Reyes venían de aquel lejano, lejanísimo Oriente...
¿No habría uno Hindú, montado en un elefante blanco?
¿Y otro Chino con un caballo negro o uno de esos camellos mongoles de dos jorobas y pelo largo, (un camello de verdad, vamos, que no un dromedario mal llamado camello)?...
Y el tercero... ¿no sería un Lama tibetano cabalgando a lomos de un Yack?...
¿Como hay que estar de loco para lanzarse a lo desconocido en pos de una estrella?
¿Cuanto hay que tener de romántico más que de sabio?
Estos son mis Reyes Magos...
Te los mando con un beso.
(c) Sugarglider 6/1/08
El Oriente.
La mano de Virgilio se demora
sobre una tela con frescura de agua
y entretejidas formas y colores
que han traído a su Roma las remotas
caravanas del tiempo y de la arena.
Perdurará en un verso de las Geórgicas.
No la había visto nunca. Hoy es la seda.
En un atardecer muere un judío
crucificado por los negros clavos
que el pretor ordenó, pero las gentes
de las generaciones de la tierra
no olvidarán la sangre y la plegaria
y en la colina los tres hombres últimos.
Sé de un mágico libro de hexagramas
que marca los sesenta y cuatro rumbos
de nuestra suerte de vigilia y sueño.
¡Cuánta invención para poblar el ocio!
Sé de ríos de arena y peces de oro
que rige el Preste Juan en las regiones
ulteriores al Ganges y a la Aurora,
y del hai ku que fija en unas pocas
sílabas un instante, un eco, un éxtasis.
Sé de aquel genio de humo encarcelado
en la vasija de amarillo cobre
y de lo prometido en la tiniebla.
¡Oh mente que atesoras lo increíble!
Caldea, que primero vio los astros.
Las altas naves lusitanas; Goa.
Las victorias de Clive, ayer suicida.
Kim y su lama rojo que prosiguen
para siempre el camino que los salva.
El fino olor del té, el olor del sándalo,
las mezquitas de Córdoba y del Aksa,
y el tigre, delicado como el nardo.
Tal es mi Oriente.
Es el jardín que tengo
para que tu memoria no me ahogue.
J. L. Borges.
P.D: Leí las Geórgicas de Virgilio buscando el verso al que se refiere Borges. No encontré ninguna referncia a la seda, pero sí al algodón... a lo mejor una mala traducción... no lo sé.
Para Jaya.
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