jueves, 3 de febrero de 2011

Luz dorada.

Parece increíble, pero han pasado ya seis años (seis años y seis días) desde aquella última vez en la que nos separamos para siempre con la certeza de que volveríamos a encontrarnos.

Era una tarde soleada, como la de hoy.
Una tarde fría y quieta, de luz dorada. Tarde madrileña de invierno.
No lo recuerdo ya, pero tal vez cantase el mirlo en algún seto, barruntando una primavera temprana.
Recuerdo en cambio el olor frío de la hierba y el tacto de tu pelo.
Recuerdo el sabor de las lágrimas... pero las lágrimas mismas ya están olvidadas, y sólo quedan buenos momentos en el pasado y posibilidades infinitas en el futuro.

Y, a día de hoy, un presente razonablemente satisfecho.

Pero esta tarde, la luz dorada me ha traído, por un instante, tu recuerdo.
Y una sonrisa.

3 comentarios:

Mar dijo...

Cualquier pequeño detalle, matiz, escarba en el archivo de nuestra memoria y nos trae recuerdos, sensaciones con una fuerza que quizá creíamos olvidada. Es curioso, pero así sucede cuando menos lo esperamos.

Bonito tema has escogido con tintes celtas (que a mi personalmente me encantan).

Bss.

anDrea B dijo...

Que buen tema para dejarse llevar dulcemente por la melancolía de los buenos recuerdos.

Un besazo Equilibrista.

Sugarglider dijo...

Altan es uno de mis grupos favoritos, Mar. Este tema ya lo he repetido, pero es que aquí me encajaba otra vez.

Un beso grande anDrea.